- Aumenta el número de heridos a 650
Moscú (Notimex) Las fuerzas de seguridad de Kirguistán buscan controlar los últimos brotes de violencia tras los enfrentamientos interétnicos registrados en la sureña ciudad de Osh, donde aumentó a 51 el número de muertos y el de heridos a 650.
Los hospitales de la ciudad de Osh son insuficientes para atender a los cientos de heridos que están llegando a los centros de atención, informó una fuente del Ministerio de Salud, luego que la noche del jueves iniciaron los enfrentamientos entre jóvenes uzbekos y kirguizos.
Los mercados y comercios permanecieron cerrados este sábado y empieza a escasear los alimentos básicos, como pan, por lo cual se estudia la manera de llevar víveres a esa localidad, añadió.
Reportes desde Osh, la segunda ciudad en importancia de Kirguistán, sobre los daños causados tras los desmanes indican que al menos un distrito se encuentra totalmente en llamas, mientras los refugiados, en particular mujeres y niños uzbekos, son llevados a la frontera con Uzbekistán.
"Calles enteras se encuentran en llamas", confirmó un vocero del Ministerio del Interior local, quien añadió que la situación es pésima, "no hay manera de que se detenga, las viviendas han sido incendiadas".
Los médicos, por otra parte, no han podido atender a los heridos debido a los esporádicos combates que se registran en la ciudad este sábado, señaló la fuente del Ministerio de Salud local, que añadió que "nuestros galenos casi no han acudido a las llamadas de emergencia porque tienen miedo".
El gobierno interino de Kirguistán declaró el estado de emergencia y desplegó tropas en la región, considerada un bastión del ex mandatario Kurmanbek Bakiev, depuesto por un revuelta popular el pasado mes de abril.
"Nosotros tenemos claro que estamos hablando de enfrentamientos de dos grupos étnicos. Necesitamos que esta gente se calme y es lo que estamos haciendo ahorita", señaló la presidenta del gobierno interino Roza Otunbayeva.
Otunbayeva, además, atribuyó la violencia a grupos con intereses encontrados, y dijo que se trató de "un intento violento de hacer fracasar el referéndum" previsto para el 27 de junio sobre una nueva Constitución, con la que muchos clanes perderían poder.
La causa que dio pie a los combates no es clara, de acuerdo con reportes preliminares, los desmanes iniciaron cuando dos bandas rivales se enfrentaron lo que después derivó al desarrollo de verdaderas batallas campales durante el viernes.
En este país, el 70 por ciento de su población es de origen étnico kirguís, mientras los uzbekos sólo representan el 15 por ciento, que se concentran en la zona conocida como Valle Ferghana, donde se localiza la ciudad de Osh.
Este sábado, según el Ministerio del Interior, a pesar de que las fuerzas de seguridad han logrado "hacerse con el control de la situación", alejando a los jóvenes alborotadores del centro de la ciudad, todavía se registran escaramuzas.
Cerca de mil efectivos de la policía, de las tropas de los Ministerios del Interior y de Defensa patrullan Osh con autorización de abrir fuego para disolver a los grupos violentos, aunque no hay transporte público y la mayoría de las personas permaneció en sus casas.
Medios locales, sin embargo, afirmaron que las fuerzas del orden sólo controlan el centro de la ciudad, mientras que en los suburbios continúan los enfrentamientos armados.
Luego de la caída de Bakiev, el gobierno provisional fijo que en Kirguizistán se celebre una votación sobre una nueva constitución, prevista para este mes, seguida por nuevas elecciones parlamentarias en octubre.
Desde el movimiento de abril pasado, que dejó 87 muertos y derrocó al régimen de Bakiev, en Kirguizistán se han registrado varios incidentes de violencia, señal de que las autoridades provisionales no se han hecho del poder en forma plena, aunque las diferencias étnicas son una clase diferente de conflicto.
Fuente: El Financiero en línea
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