El impacto sobre el planeta equivale a la explosión de miles de bombas atómicas
.........La imagen ofrecida por el «Hubble» muestra,
.............a la derecha, el impacto del asteroide.
El sistema solar está sometido a un permanente bombardeo de cometas y asteroides. Ningún planeta o satélite se ha librado de los impactos. El último ha sido Júpiter. De forma inesperada, el gigante gaseoso recibió el golpe de un asteroide en julio del pasado año con una potencia equivalente al de miles de bombas atómicas. El impacto, descubierto en un primer momento por el astrónomo aficionado australiano Anthony Wesley y luego seguido por el telescopio Hubble de la NASA, dejó en Júpiter una cicatriz del tamaño del océano Pacífico.
La casualidad quiso que prácticamente en la misma fecha, pero quince años atrás, el planeta sufriese un choque mucho más potente, el de veinte piezas del cometa P/Shoemaker-Levy, que se sumergió en la atmósfera de Júpiter con la fuerza de todo el arsenal nuclear que existe en el mundo.
Ahora, una investigación de la NASA con participación de la Universidad del País Vasco ha permitido comparar ambos fenómenos y llegar a una conclusión: el sistema solar es un lugar extremadamente bullicioso, en el que el bombardeo de cometas y asteroides es mucho más frecuente de lo que previamente se había pensado. Pueden ocurrir, eso sí, al cabo de miles de años o de unos pocos cientos. Existe, sin embargo, un peligro: el de los pequeños asteroides cuya trayectoria no se puede detectar. Pueden llegar por sorpresa.
La última roca que impactó sobre Júpiter fue un asteroide de 500 metros de ancho que procedía del cinturón de asteroides Hilda, próximo al planeta y formado por un conjunto de más de 1.100 destructivas y errantes piezas, de acuerdo con la investigación realizada por el equipo de Agustín Sánchez-Lavege, de la Universidad del País Vasco.
Fuente: LaVozdeGalicia.es
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